PABLO IVÁN LOMSACOV
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA – EJE TEMÁTICO: COMUNICACIÓN ARTE Y LITERATURA
ivanlomsacov@gmail.com
Resumen:
Desde 2003, fraguaron algunas características que el C.P.E.D.H.R.A. adquirió durante los años 90, y surgieron otras que parecen afianzarse.
Mientras muchos autores agentes del sub-campo de la edición independiente en espacios alternativos (fanzines) pasaron a instancias profesionales propiciadas por otros agentes del campo o de campos vinculados, o profesionalizaron su rol de auto-editores, un progresivo recambio generacional mantuvo activo el sub-campo de los fanzines.
El circuito de eventos especializados, mayormente gestionados por autores, se robusteció con la continuidad de los eventos pioneros y el surgimiento de otros en varias ciudades.
En el sub-campo de las ediciones industriales, se acentuó el paso, avizorado a fines de los 90, del formato revista antológica de aparición regular al formato libro. Se mantuvieron activas algunas micro-empresas precursoras en esa tendencia y surgieron otras. Algunas conformaron rápidamente un amplio catálogo, en parte apoyadas en condiciones contractuales con los autores distintas a las que tradicionalmente establecía una empresa editorial. Otras fueron fugaces o tienen manifestaciones esporádicas.
Pese a la preponderancia del libro, la reaparición de una histórica revista antológica mensual se constituyó en ineludible referencia e instancia de consagración para los autores.
Gran novedad del período fue la publicación regular en Internet, que dinamizó el campo, estimulando la interacción de autores en distintas fases de su trayectoria e influenciando la publicación en papel. Un blog en particular -paradigmático por calidad, constancia y convocatoria- se convirtió en otra instancia de legitimación.
Propia de este período, y fuertemente dinamizadora, es también el entrecryzamiento del C.P.E.D.H.R.A. con similares campos de otros países sudamericanos. Mientras, la demanda de talento argentino proveniente de mercados primermundistas continuó aumentando, debido a la ventaja que la nueva paridad cambiaria establecida aquí significó para pequeños y medianos editores del Primer Mundo.