Lic. María Cristina Lago
Univ. Nacional de La Matanza
Medios, Política y Poder
(kittylago@yahoo.com.ar)
Introducción
El periodismo económico viene mostrando en las últimas décadas una mayor vinculación con un enfoque transnacional de la información. No resulta llamativo que las secciones de economía realicen la apertura de sus notas con la caída del índice Dow Jones o con las recetas del BM o el FMI para ser aplicadas en los países en desarrollo. O, más próximo en el tiempo, con la crisis económica financiera global que tuvo origen en los Estados Unidos.
Es justamente esta característica la que, a nuestro juicio, ha ubicado al periodismo económico frente a un dilema ético no resuelto satisfactoriamente en los años 90; me refiero al hecho de haber colaborado activamente en la construcción de un “sentido común” que avaló las políticas de corte neoliberal aplicadas por el gobierno de Carlos Menem (1989-1999).
En nuestro caso de análisis, los periodistas económicos, como grupo intelectual, se convirtieron en actores sociales articuladores de redes significativas de sentido, a través de sus prácticas y discursos, con el objetivo de reproducir y difundir un cierto “sentido común neoliberal” en circuitos socio-comunicacionales. Comprobamos así un nuevo triunfo de las ideas de la Sociedad de Mont Pelerin y de Friedrich von Hayek, que para lograr ese objetivo consideraron más efectivo incidir en la producción de ideas y la formulación de políticas públicas de corte neoliberal a partir de la creación de instituciones de investigación y centros académicos, como los think tanks, para ejercer influencia directamente sobre los intelectuales.
Las formas y modalidades que ha adoptado esta estrategia sobre algunos actores en particular (periodistas económicos) y sobre el campo periodístico específico intentan ser puestas de manifiesto en este trabajo.